● En un escenario conservador, la renta de una unidad hotelera triplica una renta de una propiedad residencial.

● Las tareas administrativas son mucho mas simples ya que no es necesaria la renovación de contratos de alquiler, el análisis de las garantías, el cobro mensual, el mantenimiento de la unidad ni el reemplazo del inquilino o del mobiliario.

● Las tarifas se rigen por la oferta y la demanda del mercado hotelero, quedando fuera del alcance de los factores de sensibilidad social que tanto influyen en los alquileres residenciales.

● Las políticas, procedimientos y estándares de Hilton son constantemente auditados, por eso garantizan el buen funcionamiento y mantenimiento de la propiedad.